Del entrevistador:
Durante la entrevista el joven me comentó que en la primera etapa de la pandemia supo sobrellevar la situación de manera adecuada gracias a las consultas que tenía con el psicólogo, sin embargo, cuando estas cesaron confesó que empezó a sentir los efectos del confinamiento. Entre sus principales malestares se encuentran el trastorno de sueño, no puede dormir cuando él lo desea, sino que lo hace hasta las dos o tres de la mañana; la pérdida de la noción del tiempo; crisis esporádicas de ansiedad, lo cual provoca que surja en él el deseo de comer mucha pizza y chilaquiles durante dos días seguidos, esto lo considera como etapas de crisis. También ve anime varias horas seguidas. Dice que la pandemia se le ha hecho muy larga, en un primer momento pensó que terminaría a principios del 2021, pero, así como ve la situación, no sabe hasta cuándo podrá salir, pues no todos siguen las recomendaciones y esto podría atrasar la vuelta a la normalidad. Comentó que de vez en cuando siente el bajón por la preocupación que le da el pensar que debe conseguir un trabajo en el período pospandémico. No se siente preparado para hacer todo en línea, le cuesta trabajo y se le complica adaptarse a ello. No ver a sus amigos y familiares cercanos le ha afectado poco a poco. La única convivencia que tiene es con su papá, pero al ser monótona dice que ha desgastado su relación. Si bien tiene la oportunidad de salir para actividades de esparcimiento, no lo hace porque su padre es un hombre de setenta años, así que no quiere ponerlo en peligro. Finalmente me platicó que le cuesta concentrarse en la lectura debido al encierro, siente mucho estrés y necesita darse un espacio.