Del entrevistador:
Mientras realizaba la entrevista la joven me dijo que durante la pandemia ha sentido ansiedad y depresión, por lo que recurrió a la ayuda psicológica para afrontar estos problemas. Se sintió afortunada de que actualmente haya varias vías para poder atenderse sin necesidad de tener consultas presenciales. Por otra parte, el encierro le ha parecido difícil por situaciones familiares y ha tenido que acomodar sus rutinas a esta realidad. La incertidumbre laboral ha rondado por su cabeza, ya que el programa en el que trabaja afrontó retos complicados debido a la pandemia. En este sentido su mamá perdió su trabajo (era informal) en noviembre del año pasado, al principio le dijeron que le mandaría un mensaje cuando pasara la cuarentena, pero esto no ocurrió y cuando la señora les llamó ya no contestaron el teléfono. Desde entonces no ha podido buscar otro trabajo, situación que la tiene muy desanimada.
La entrevistada señaló que el vínculo con sus familiares se desgastó un poco porque ellos los han invitado a varias reuniones y al no asistir por respetar las medidas de prevención, aquellos se lo toman como algo personal. Esto originó una tensión constante en su familia. Para ella la pandemia representó un cambio raro en su vida porque antes se pasaba la mitad del día fuera de la casa, ya fuese trasladándose a la escuela y posteriormente al trabajo, sus vínculos sociales se han limitado ya que ahora nada más tiene comunicación por mensajes.
Si bien estuvo estresada al principio de todo esto, ahora piensa que su hogar se volvió como una burbuja, el cuidado que realiza de su jardín la desconecta del mundo y sus labores virtuales le ayudaron a reestablecer una rutina. Piensa que la pandemia no va a terminar pronto, dice que, si se hace todo bien con respecto al proceso de vacunación y si la gente es responsable, la normalidad regresará a mediados o a finales del 2022.
Con respecto a los vecinos de su pueblo comentó que muchos han sido negligentes durante toda la pandemia, otros niegan que exista o en todo caso creen que no es tan grave, han llegado a decir que es un invento del Gobierno. Realizan fiestas durante todo el año, incluso en Navidad y Año Nuevo, esta actitud le parece extraña porque muchos (entre el 50-60 % de las familias de la zona han tenido un miembro contagiado según sus apreciaciones) se han enfermado, pero a pesar de ello no cambian su comportamiento. Las que no se han realizado han sido las fiestas patronales, me platicó que se celebran dos, una en honor al Padre Jesús (se trata de una figura de Jesús antes de la Crucifixión) el 1 de enero y otra a la Virgen de la Asunción el 15 de agosto. La iglesia de su localidad cerró mientras duró el semáforo rojo, y en semáforo naranja restringieron el número de personas que podían asistir a ella.
Como reflexión final dijo que este histórico acontecimiento le hizo pensar en los problemas que tiene la sociedad, pues según ella gran parte de esta se ha ensimismado, ha tomado una actitud egoísta, carece de empatía y manifiesta una actitud mezquina, todo esto le ha demostrado la pandemia y le parece sumamente interesante observar estos comportamientos sociales.