En un pequeño taller casero de esta ciudad fronteriza mexicana, Eréndira Guerrero hace osos a partir de la ropa de las víctimas del COVID-19, para que sus parientes tengan algún recuerdo que abrazar.
Hace varios años, cuando Ciudad Juárez sufría niveles impactantes de violencia, Eréndira comenzó a fabricar osos a partir de la ropa que vestían los fallecidos. Ahora, con la pandemia creó un nuevo grupo de clientes afligidos que buscan la forma de mantener el recuerdo de un ser querido muerto repentinamente. Eréndira calcula que ha hecho unos 200 osos para familias golpeadas por el COVID-19.